El
refranero español posee diversas referencias sobre situaciones propicias,
lugares adecuados y oportunidad escénica. Del consabido”Zapatero a tus zapatos” (que también nos valió para la política) a “Cada Maestrillo tiene su Librillo” o lo
que viene siendo en Román Paladino: Cá uno
p´a lo suyo”. El espectáculo ofrecido por los humoristas Joaquín Reyes y
Ernesto Sevilla es de difícil clasificación. Sería cómodo tildarlo de
surrealista, ejercicio de estilo de minimalismo intelectual o alguna otra
chorrada postmoderna. La triste realidad es que fue un ejercicio de absurdo
coyuntural, rozando lo infumable. Vergüenza ajena provocaba el erróneo guión
de este pestiño; aunque los humoristas aseguran que la Academia censuró el
original; por lo que nunca podremos saber que niveles hubiera alcanzado el
nonato. Tiempos muertos innecesarios, situaciones de vergüenza torera, malestar
entre los actores; que no sabían si tocaba reír o salir corriendo; debido a las
erróneas líneas de un guión, escasamente inteligente, que parecía sacado de una
túrmix donde hubieran batido todas las chorradas a voleo. La culpa no es en
absoluto de los humoristas. Ellos tienen su humor y sus seguidores. Claramente
el formato no es el más apropiado para este tipo de espectáculos. ¿Imaginan
Faemino y Cansado haciendo los honores? Ciertamente nadie se partió el culo,
como anunciaba pomposamente Ernesto Sevilla. Los momentos de malestar en el
ambiente se mascaban entre los presentes. Y fueron demasiados. Todavía queda
mucho camino para llevar esta gala a los niveles que merece el cine español. El
epílogo; con ese pie aplastando a los presentadores; ignoro si fue un alivio
para el público. ¿Homenaje a los Monty Python? No, una defecación como un
castelo, que hizo añorar una maestra de ceremonias del nivel de Rosa María
Sarda; un animal escénico; que llevó a recordar al versátil Paco León, a la inteligente
acidez de Buenafuente o la profesionalidad de Eva Hache y ¿por qué no?, incluso
sentir nostalgia de Resines o Dani Rovira
presentando esta “fiesta del absurdo español”. Si hubiera que definir esta
gala, una de las actrices; Leticia Dolera; les regaló una descripción palmaria
y certera de lo que allí se estaba perpetrando:
-“Os está quedando un campo de nabos feminista
precioso”
Ahí
queda eso…