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miércoles, 17 de diciembre de 2014

Niebla, la perrita

                                                        


Niebla no es pequeña, ni peluda, ni suave. No es tan blanca por fuera que parezca toda de algodón, ni parece que no tenga huesos como el Platero juanramoniano. Para ser exactos desde los parámetros humanos Niebla seria correosa, arrugada y algo decrépita. Como habrán adivinado Niebla es una perrita a la que le ha tocado en suerte vivir sinsabores y maldades, a cargo de perracos de dos patas. Según la cronología humana tendrá unos setenta años, que ella lleva con dignidad y orgullo admirables, derrochando la energía y actividad de un cachorro, o de quien comienza a vivir cada día. Y es que  a ella debe de parecerle que ha nacido de nuevo. Encerrada durante años en un criadero, multípara y mal cuidada, con el único objetivo de dar dinero al cuatrero que la tenía encerrada. Cuando ya dejó de serle útil, el verraco la abandonó a su suerte, sin haber recibido una sola caricia en su perra vida. Por suerte para ella, fue encontrada por una persona (no todos los que caminan sobre dos piernas pueden definirse como tales) y después, adoptada por alguien que le regaló todo el cariño que hasta entonces no había tenido. Tiene esa mirada noble de quienes no saben guardar rencor, aunque imagino que ni siquiera tendrá recuerdos del cenutrio que la tuvo encerrada, y aprende a jugar como un cachorro. De hecho es capaz de agotar a los cachorros en el juego. Es como si aspirase a quemar etapas. A pesar de sus anteriores vivencias, se acerca trotando a todos los humanos. Coloca su cabeza patricia de Golden Retriever en las rodillas, solicitando; no mendigando; una caricia o un achuchón. Habitan en sus ojos la dignidad y la fidelidad de que carecen algunos sujetos bípedos. Es tierna y coscona, de ojos melancólicos, pero sobre todo es agradecida. Conoce la medida de las cosas y sabe devolver incondicionalmente lo que recibe. No es difícil encontrarla panza arriba, ofreciendo la barriguita para ser acariciada, o trotando anacrónicamente con cachorros a los que duplica en años, y cuadruplica en peso, pero que no consiguen acabar con sus ambiciones de juego. Así son sus ganas de vivir, su incapacidad para el resentimiento, su agradecimiento de lo que obtiene en ese instante. Ella ignora que algunos  de esos sicópatas de dos patas cuelgan a los galgos cuando ya no los necesitan, sin que les afecte la mirada de incomprensión de quienes les seguían como dioses, cuando no  son más que defecaciones humanas. Ya no tiene memoria del maltrato y el sufrimiento pasados en manos de desaprensivos y miserables, chusma de la peor calaña. Navega contracorriente. Trota contra reloj. Lucha con el tiempo, como si intuyera que este le va a pasar factura. Y lo hace regalando fidelidad y nobleza. Cualidades que no aprendió de los humanos con los que tuvo la desgracia de tratar. Algún día se irá al cielo, o adonde vayan los perritos buenos, pero lo hará feliz, sabiendo que en este puñetero mundo, alguien le dio una oportunidad de devolver la lealtad y generosidad de que son capaces estos amigos de cuatro patas. Palabras que desgraciadamente ignoran los miembros defectuosos de nuestra especie. Niebla nos da una lección de vida cada día. Carpe Diem, parece decirnos. Aprovecha el instante, ya que es irrepetible. Si en el mundo hubiera más perros y menos perracos, todo fluiría mucho mejor. Ustedes ya me entienden. Larga vida a Niebla, la perrita.

The Extraordinary Tale. 2013

Título original The Extraordinary Tale of the Times Table Año 2013 Duración 79 min. País  España Director José F. Ortuño ,  Lau...