De vez en cuando la naturaleza
tiene el detalle de recordarnos que
somos una especie prescindible y olvidable. En medio de nuestras cuitas
cotidianas, de los sueños de grandeza irrealizados. Ignora por norma nuestros
proyectos a corto o largo plazo y nos regala un hachazo que derrumba el árbol
de nuestras entelequias. Nuestro absurdo orgullo de especie privilegiada por
ser bípedos y con dedos prensiles, poco más nos diferencia, salvo el tener
conciencia de nosotros mismos. Llega en forma de catástrofe natural, holocausto
bélico o invadiendo nuestros orgullosos cuerpos metrosexuales, sin permiso, con una tropa de bichitos
microscópicos, que pueden masacrarnos aunque no sean visibles al ojo humano.
Pertenecemos a una especie depredadora de si misma que nació con fecha de caducidad. Aunque olvidamos con
frecuencia este pequeño detalle. Si un amanecer revelara que habíamos
desaparecido del Planeta, nadie nos echaría de menos. Pero disminuiría el
deterioro que ocasionamos en nuestro entorno y quizás, paradójicamente, el
lugar sería mucho más humano al carecer de nosotros. Estas curas de humildad
envían un mensaje que suele caer en saco roto. La naturaleza nos da un toque de
atención para que reflexionemos sobre nuestro destino como especie. Los
enemigos que pueden acabar con nosotros, en ocasiones no están a la vista. No
sienten. No piensan (cualidad compartida por algunos humanos). No vuelcan sus
aspiraciones sobre futuros inciertos. No construyen castillos en el aire. Estos
bichejos heredarán la tierra. Y nosotros que lo veamos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
The Extraordinary Tale. 2013
Título original The Extraordinary Tale of the Times Table Año 2013 Duración 79 min. País España Director José F. Ortuño , Lau...
-
Se nos ha ido uno de los grandes. Se ha marchado con ese silencio humilde y sin estridencias...
-
La primera vez que lo vi, me pareció un maikeljakson desvencijado o un paciente aquejado de ...