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viernes, 24 de octubre de 2014

Adán y Eva. Zascandiles en porretas


 Es lo último en basurilla televisiva. No conformes con castigar al personal, a golpe de productos del pelaje de Gran Hermano. Experimento sociológico; como tal vende la conductora del programa;  lo que en realidad es zoológico de frikis y desnortados que vagan por la casa rascándose las verijas. Un asunto de importancia mundial, ya te digo. Otra de las joyas de la corona es Mujeres y Hombres y Viceversa, infumable mercado de copiosa carne y escaso cerebro, donde lo más cerca de un libro que han estado los participantes, fue cuando hicieron botellón al lado de la biblioteca. Las chonis y los posturitas exhiben sus carencias, en una degradante mercadería de escasas neuronas y exceso de testosterona. La receta de estas ensaladas es siempre la misma: Búsquese el grupo de haraganes y zascandiles más extremo. Las mefistofélicas mentes de los responsables de estos engendros, saben seleccionar entre las frutas más pochas y deterioradas entre los aspirantes. Agítese todo y sírvase frío. En algún caso en lugar de ensalada, directamente se nos ofrece la defecación de algún mandril, como en el caso de Gandía Shore, la mayor colección de zoquetes y cenutrios imaginable, reunida hasta la fecha. Es cierto (basándonos en el share) que existe un público ávido de seguir este tipo de boñigas visuales. Espectadores que tratan de suministrar un poco de luz a sus vidas contemplado la miseria y el edredoning ajenos. En el caso del programa que nos trae, la oferta es aún más golosa: los tarados y gañanes estarán en porretas. Imaginen al salidillo de turno, con  la babilla resbalándole por la comisura labial, al morboso de mesa-camilla deleitándose con los placeres que se le van a ofrecer, para encontrar mucho ruido y pocas nueces. Los pretendidos Adanes y Evas, amén de zascandiles, son unos meapilas. Se sitúan en escorzos forzados, en perspectivas imposibles, se tapan con cojines el rabel, dan muestras de una elasticidad asombrosa para ocultar las partes verendas. Cuando no se pixeliza directamente para no mostrar colgajo o cacahuete. El salidillo se siente estafado y recoge la babilla. Para el morbosillo los especimenes están francamente mustios, sin responder a las expectativas. Deberían denunciar a la cadena. Los diálogos de los zopencos son aún peor: ¿Te gusta el arte? Yo soy anarquista, contesta una de las nudies. Yo soy polivalente ¿Aparte de un poquillo ligera (de ropa) o de cascos? Los diálogos parecen elaborados por un grupo de taimados guionistas, la situación semeja los dislates de actores contratados. Que conste que el problema no son los cuerpos. El cuerpo humano, como la excelsa voz de un cantante o la envidiable capacidad de dibujar, puede ofrecer algo hermoso cuando las angulaciones, la simetría y el equilibrio del conjunto lo convierten en una obra de arte. Ahí están las esculturas, fotografías y cuadros que ofrecen un remanso de belleza y armonía. El problema es que la inmensa mayoría de la población no  gozamos de esas angulaciones, simetría, ni equilibrio de conjunto (salta a la vista). Gozamos; en abundancia; de lorzas, asimetrías y vericuetos  escasamente estéticos. La astucia que manejan  estos desechos de programación es “que hablen de mí, aunque sea mal”. Aquí no se trataba de ofertar cuerpos gloriosos en estado de gracia edénica. El objetivo era crear polémica y aumentar el share a base de cenutrios despelotados. No es el quid del asunto que unos mamarrachos anden “a poile” en un ámbito absurdo, y en horario inadecuado. Esto se arregla con unas hojitas de parra como atrezzo. El verdadero problema es que son unos bufones vocacionales. Esto es mucho más difícil de solucionar.

The Extraordinary Tale. 2013

Título original The Extraordinary Tale of the Times Table Año 2013 Duración 79 min. País  España Director José F. Ortuño ,  Lau...