De vez en cuando la naturaleza
tiene el detalle de recordarnos que
somos una especie prescindible y olvidable. En medio de nuestras cuitas
cotidianas, de los sueños de grandeza irrealizados. Ignora por norma nuestros
proyectos a corto o largo plazo y nos regala un hachazo que derrumba el árbol
de nuestras entelequias. Nuestro absurdo orgullo de especie privilegiada por
ser bípedos y con dedos prensiles, poco más nos diferencia, salvo el tener
conciencia de nosotros mismos. Llega en forma de catástrofe natural, holocausto
bélico o invadiendo nuestros orgullosos cuerpos metrosexuales, sin permiso, con una tropa de bichitos
microscópicos, que pueden masacrarnos aunque no sean visibles al ojo humano.
Pertenecemos a una especie depredadora de si misma que nació con fecha de caducidad. Aunque olvidamos con
frecuencia este pequeño detalle. Si un amanecer revelara que habíamos
desaparecido del Planeta, nadie nos echaría de menos. Pero disminuiría el
deterioro que ocasionamos en nuestro entorno y quizás, paradójicamente, el
lugar sería mucho más humano al carecer de nosotros. Estas curas de humildad
envían un mensaje que suele caer en saco roto. La naturaleza nos da un toque de
atención para que reflexionemos sobre nuestro destino como especie. Los
enemigos que pueden acabar con nosotros, en ocasiones no están a la vista. No
sienten. No piensan (cualidad compartida por algunos humanos). No vuelcan sus
aspiraciones sobre futuros inciertos. No construyen castillos en el aire. Estos
bichejos heredarán la tierra. Y nosotros que lo veamos.
martes, 30 de septiembre de 2014
domingo, 28 de septiembre de 2014
Ébola. Héroes en la sombra
Nadie conoce sus nombres. Son
personas anónimas en este vasto mundo de redes sociales y comunicación
audiovisual a todas horas. Tampoco les interesan estos menesteres, a no ser
para mantener contacto con sus familiares. No tienen tiempo para esto. Están por
todo el mundo. En los arrabales de La
India , luchando contra el analfabetismo de las castas y la
miseria. En las favelas, jugándose el tipo, con un par, entre delincuencia
organizada y supervivencia a toda costa. En África dónde el primer mundo
imagina inmensas sabanas para hacer safaris fotográficos y hermosas selvas de
cine. Ellos conocen la realidad de la vida, el día a día de aquellos que no han
tenido la suerte de nacer en otra parte. Y es que al fin y al cabo la vida de un hombre no es otra
cosa que la suma de todas sus suerte. La suerte de no haber nacido mujer en un
país con teocracias medievales, de no nacer paria, de no nacer marcado de por
vida por la miseria y la enfermedad. Algunos acuden desde la perspectiva de sus
creencias religiosas, otros desde un humanismo activo y altruista. No importan
los motivos, todos son héroes cotidianos. Los que no reciben medallas de los
gobiernos, ni son felicitados. Los olvidados del mundo capitalista, donde el
triunfo viene de la mano del dinero o el poder, dónde se despilfarran millones
en armamentos, banalidades y corrupción. Viven el dolor del día a día. La
desesperanza de ver que no hay medios para salvar vidas, que unos kilómetros más
allá tendrían solución, pero no se rinden, su nivel de esperanza es sobrehumano
y voluntad de hierro. ¿Si nos vamos nosotros, quien se queda? Esta frase
terrible, pronunciada por una joven enfermera, define la situación de parte del
continente Africano, azotado por la terrible
enfermedad del Ébola. Luchan sin medios, prácticamente sin ayuda,
mendigando limosna a los que gastamos en chorradas innecesarias lo que podría
paliar la situación de estos enfermos. Nadie se había preocupado hasta ahora de
esta enfermedad a pesar de los años que han transcurrido desde su aparición. La
industria farmacéutica no estaba interesada, al fin y al cabo estaba lejos. No
era cosa nuestra. Ahora cuando el fantasma apocalíptico se aproxima nos ponemos
a ello, sin olvidar las posibilidades de negocio latentes. Incluso la muerte de
estos valientes, toda una vida dedicada a los más débiles, queda eclipsadas por
la muerte de famosos (que también es
lamentable) que han dedicado sus millones y sus vidas a curas de desintoxicación.
Es triste y patético que quienes deberían estar deprimidos, rodeados de miseria
y sin dinero para paliar el dolor, pasen a segundo plano y hayan vivido cada
instante de su vida con plenitud. Que otros, teniendo millones para ayudar a
los demás, hayan desperdiciado sus vidas entre alcohol y drogas. Que quienes se
parten el alma, no tengan tiempo para deprimirse. Si nos vamos nosotros ¿Quien
se queda? Terrible pregunta. Como una voz que clama en el desierto.
jueves, 18 de septiembre de 2014
Paquirrin se ha dejado barba
Paquirrin se ha dejado barba
Váyanse al carajo las
elucubraciones de Spinoza. Déjense en el olvido Sartre y su nausea. ¿A quien
la importa Jung y el inconsciente colectivo? El Ulises de Joyce; una chorrada para snobs; al carajo también. ¿Quién
es Kierkegaad? ¿Un jugador de fútbol del Este de Europa. ¿Y Borges? Ese si, un
jugador argentino…Al diablo el mito de la caverna de Platón. ¿ Bergman? Este
si me lo sé, jugaba en la selección sueca. Albert Camus. ¿No trabajaba en una
serie teenagers? Olvidemos las
disertaciones de Asimov, los mundos cegados de Kafka (peccata minuta), el teatro
de Beckett ¿Quién diantres es este fulano? ¿Alguien se interesa por el Boson de Higgs o La Navaja de Ockham? El Quijote. ¿Cómo iba a escribir bien este tipo si era manco? Cela,
Sampedro, De Prada. No recuerdo haberlos visto en ninguna discoteca. Cortázar:
una marca de cacahuetes. No, eso era Borges. Barroco. Manuelino. Rococó. Esta
si me la se, son marcas de ropita guapa. Se ruega una cierta complicidad y comprensión frente a nuestra ignorancia de todo lo anterior. Se trata de nociones insignificantes,
frente a un suceso fundamental para la historia del pensamiento occidental: ¡Paquirrin se ha dejado barba! Sublime
conocimiento y revelación desvelada desde las iniciáticas páginas de una revista del cuore. Contribución inapreciable
al desarrollo de la Cultura Clásica ,
de la Mediterraneidad
por antonomasia. La barba de Paquirrin
marcará un antes y un después. Hito fundamental, como lo fueran la Piedra de Rosetta, la tumba
de Tutankamón o ¿por qué no?, el descubrimiento del fuego. El mundo del arte y
la cultura ya no podrá sobrevivir sin esta piedra fundamental de su
arquitectura, sin esta llave maestra a nuevas dimensiones. El devenir de la Humanidad inaugura una
nueva senda desconocida desde la creación del lenguaje. ¿Cómo ha podido nuestra
especie sobrevivir sin conocimiento tan sublime? Paquirrin tiene barba. Este
excelso avance ocupará enciclopedias, papiros y el pedestal más elevado en la Biblioteca de Alejandría, si no la hubieran quemado
los mismos que ahora se preocupan por las barbas de este figurante. De momento
el único pedestal que ocupa semejante dislate es el de los kioscos, donde
noticia tan imprescindible se ha convertido en Palabra Revelada a los cuatro
vientos. Difícilmente llegaremos a vislumbrar como pudimos sobrevivir
hasta ahora, sin descubrimiento tan sublime. Nuestro universo, nuestras vidas,
ya no serán las mismas tras haber tocado la luz con la punta de los dedos.
Después de eones de tinieblas, sumidos en la ignorancia, sin alcanzar la
iluminación: Paquirrin tiene barba.
De momento la única revelación que aparece totalmente diáfana, es que este
personaje; de ojos inexistentes; se asemeja aún más al Hombre de Cromagnon que cuando no tenía barba. Patético.
miércoles, 17 de septiembre de 2014
El Toro de la Vega
El Toro de la Vega
Tradiciones. Costumbres. Usanzas.
Vocablos peligrosos en nuestro terruño, donde lo visceral y la insensatez están
por encima de la racionalidad y la mesura. Tradición. Ritual. Como siempre se ha hecho. La España Profunda
que añora sus hermosos y elaborados lanzamientos de cabras desde campanarios, la España Carpetovetónica ,
que alancea animales sádicamente, “por que siempre se ha hecho así”. La España que arranca cabezas
de gansos colgados como deporte viril. Bien calados nos tenía el sublime sordo
D. Francisco cuando pintó dos fulanos enterrados hasta las rodillas, que en
lugar de ayudarse se lían a garrotazos. Goya simbolizó la fractura de las dos
Españas, esa herida abierta que no se cierra. El rayo que no cesa de Miguel Hernández, también abatido por Las Dos
Españas. La otra España invertebrada
de Ortega, la de cerrado y sacristía de Machado. La una, grande y libre del
fulano de voz aflautada y silueta feminoide. Lapidar a un ser humano, a una joven, sangrante, desfallecida, para
defender la tortura de un toro es de un surrealismo arrabalesco ( o kafkiano). No existe nada más absurdo que las
tradiciones mantenidas sin otro cimiento que el “se ha hecho siempre así”,
absurdo circunloquio carente de la mesura que aporta la racionalidad y la
tolerancia. Pero en este país de navajeros, dónde cuando al personal no le
cuadra algo te muestra, sonriente, una faca de siete muelles en lugar de
prestarse al diálogo, en esta herida abierta que no nos deja olvidar, en esta España Negra sin
grisuras ni contornos que permitan el
acercamiento y la concordia, todavía quedan esos personajes que se refieren a
conceptos y situaciones definiéndolos: Porque son… como tienen que ser ¿Y quien
nos va a decir como tienen que ser las cosas? ¿Tú, y otros fulanos como tú?
Apañados estamos.
martes, 16 de septiembre de 2014
79 Vírgenes por cada muerto
79 Vírgenes por
cada muerto
No importan a nadie. No pueden
ofrecer petróleo a los tiburones financieros. No tienen moneda de cambio para
despertar el interés de las democracias occidentales. Su religión es una
mixtura de diversas creencias y puede ser discutible (algo aplicable a cualquier fe, creencia o credo), sus
costumbres nos son ajenas y extrañas (como tantas otras), pero intentan
practicar la tolerancia y la visión del mundo de su religión, una de las más
antiguas y misteriosas, es tan respetable como todas las demás. Son el objetivo
de los nuevos genocidas del Estado Islámico. Su creencia en la
transmigración de las almas les impide renunciar a su fe para convertirse, ya
que sus almas quedarían estancadas, y esto les convierte en las víctimas perfectas de los
fanáticos teocráticos. Miles de yazidíes han sido masacrados por los genocidas
medievales, que pretenden convertir al resto del mundo a sus creencias (manía
que por otra parte ha sido común a todos los grandes necios de la historia)
Violadas sus mujeres y esclavizadas, decapitados por sicópatas que interpretan
la religión a su antojo, no reciben apoyo mediático. Nadie trata de salvarlos
buscando armas de destrucción masiva. Tenemos ahí al lado la Edad de Piedra y no queremos
darnos cuenta. Avanzan hacia nosotros y les quitamos importancia creyéndonos a
salvo tras nuestros avances políticos y sociales. Pero ellos no cejarán en su
empeño. Es una guerra sorda, cruel hasta la nausea. Es el regreso a las
cavernas. El objetivo principal de estos salvajes es regresar a la lapidación
de quien no sigue sus locuras, eliminar los derechos, volver a la mujer objeto
a su servicio. Con estos no vale aquella
soplapollez de Alianza de Civilizaciones. No les
podemos exportar la democracia, ni la libertad. Son conceptos ajenos a su
mundo, gobernado por imanes, analfabetos y fanáticos, que creen que la
protección del menor consiste en mostrarle orgulloso, vestido para la
inmolación. Estos carroñeros del más allá, no se detendrán. Les esperan 79
huríes en el cielo (ahí es nada) por cada yazidí que asesinen. Triste. Miles de
años de desarrollo cerebral, de lucha por derechos sociales, y los cantamañanas
siguen haciendo su agosto reclutando descerebrados. Siempre la sangre de los
inocentes, el sufrimiento de los más débiles. Sobre todo cuando éstos no tienen
moneda de cambio que ofrecer para movilizar a las redentoras y salvadoras
democracias. Están ahí al lado y no van a rendirse. Nosotros tampoco deberíamos
hacerlo.
sábado, 13 de septiembre de 2014
Pira2
Pira2
No hay
nada nuevo bajo el sol. Desde que un astuto personaje denominado El Viejo de la Montaña
allá por la Edad Media ,
instalase en la fortaleza de Alamut un
particular Edén donde corrían arroyos de leche y miel, los animales exóticos campaban
a sus anchas, y una cohorte de huríes meneaban el muslamen provocativamente. Los
desgraciados eran reclutados en baretos (que ya existían en la época) de mala
muerte. Despertaban drogados en dicho jardín, donde disfrutaban de sus
maravillas, que no especificaremos para no herir sensibilidades. Si de algo
carecía aquel lugar era de espiritualidad (ya me entienden) Una vez satisfechos
todos sus bajos deseos, los pringados eran devueltos (con un colocón del
quince) al bareto o callejón malsano de donde había surgido, (esto se va pareciendo
cada vez más a las movidas de fin de
semana actuales) Entonces se le aparecía el fulano mesiánico y le
prometía que si deseaba podía volver a gozar de los escarceos de las huríes.
Con este sistema reclutó un ejército temible en la época de asesinos suicidas,
deseosos de gozarla bonita con los pibones del Edén, y que caían como chinches
en misiones de extorsión; porque al fin y al cabo el objetivo de este personaje
era común a los vividores de todas las épocas: el beneficio propio. A lo largo de
la historia todos los espabilados que en el mundo han sido, se dedicaron a
reclutar infelices que estaban dispuestos a desperdiciar su única vida
siguiendo banderas, creencias y colores. Al igual que El Viejo de la Montaña
no tenía demasiada prisa en ingresar el mismo en el Edén y mandaba a otros
a hacer el trabajo sucio, demasiadas personas han muerto siguiendo las
chorradas que se le ocurrieron a un iluminado que criaba malvas hace años, o
las idioteces con que les han adoctrinado en su entorno. Qué papel juega en
esto el analfabetismo y el alineamiento social, es difícil de baremar teniendo
en cuenta que aparecen casos en que los interfectos han realizado estudios
superiores o han sido capaces de camuflarse durante años, gozando de los sistemas
de vida que quieren destruir y obteniendo titulaciones por cuenta del estado al
que odian. Todo aquél que cambie su única vida por una bandera, color, creencia
o chorrada similar; que se le ocurrió a otro cenutrio; debería hacérselo mirar.
Surge la pregunta de si existirá un tipo de personalidad propenso a estas
majaderías, como existen personas propensas a las hemorroides. Es cierto que
concurre fundamentalmente la falta de empatía, esa capacidad de ponerse en el
lugar de los demás y tratar de comprender el sufrimiento ajeno. A esto le
añadimos el odio, la envidia y el rencor; sentimientos profundamente imbricados
en nuestra sociedad. Tan sólo les falta el material que canalice todos esos
sentimientos negativos y hace que la víctima sienta que forma parte de algo
superior. Ahí es donde han hecho su agosto los cantamañanas que vienen
deteriorando la humanidad desde sus inicios. Nada ha derramado más sangre que
las ideologías, las creencias, las banderas, que; al fin y al cabo; no son más
que diarreas mentales que se le ocurrían a algún iluminado en horas de
aburrimiento. Una vez armados con la intolerancia, el fanatismo o la incultura,
el resultado es el que viene castigando a la humanidad cotidianamente. En
resumen tenemos que convivir con los
pira2. Es lo que hay.
martes, 2 de septiembre de 2014
Agoreros y Vocingleros
Agoreros y Vocingleros
Nos rodean por
doquier. Ellos siguen a lo suyo. El agorero haciendo gala permanente de la
imparcialidad y tolerancia que le caracteriza. Ofreciendo castigos divinos
cuando no salgan a flote los de su cuerda. Temibles plagas, escasamente
bíblicas, que amenazarán la sociedad en el supuesto de que otras opciones
ideológicas; que no sean de su palo; resulten elegidas por los ciudadanos. El
vocinglero es un ente más nefasto, si cabe. Falto de lectura, nadie le informó
de la villanía y parcialidad que toda ideología conlleva en su génesis.
Cualquier convicción, religión, filosofía o doctrina es excluyente o intolerante
por naturaleza (moléstense en leer libros), incluidas las redentoras creencias del
vocinglero. La génesis de una ideología se origina basada en la exclusión y
división del mundo entre ellos
(poseedores de la razón) y los otros.
Pero el vocinglero erre que erre. Continúa
vendiendo a destajo una utópica moto.
Alabando los beneficios sinnúmero que
otorgará la aplicación de su dogma al ser humano, cuando todos lo sigan ciegamente
(previa destrucción de los credos ajenos). Nadie le ha explicado al cenutrio el
ocaso de las doctrinas. Nunca visitó una biblioteca para descubrir la destrucción
y el dolor que los axiomas ideológicos han provocado en la humanidad. El vocinglero es poseedor de una
visión de túnel. Su entorno conceptual es el de una mula torda con anteojeras,
dando vueltas eternamente a la noria, Los teorizantes con frecuencia suelen ser
personajes con una cierta querencia por la molicie y la bohemia. Desertores del
arado. En lugar de dedicar sus ocios al esfuerzo, eligen concentrarse en
elaborar tesis y teorías peregrinas, para joder masivamente a la humanidad.
Aplicando la estadística a la causalidad de todas las miserias, guerras y
barbaridades perpetradas en la historia, se descubre que detrás de cada una de
ellas, siempre andaban uno o varios de estos esperpentos. Filosofando y
adoctrinando masas, como es mandado. Sin obviar motivos económicos paralelos (o
de otro cariz); han sido los credos pergeñados por aquestos fantoches; las
razones motoras que han dividido o desgarrado a la humanidad. Toda doctrina
nace perversa en si misma, dado que para su preeminencia ha de aplastar,
ignorar y oponerse a los que piensan de manera distinta. Todo credo es
excluyente e intolerante por naturaleza. No nos dejemos engañar. Su aplicación práctica
deviene germen de fanatismo y grisura intelectual. Al vocinglero y al agorero,
estos menesteres se les antojan escasamente importantes. Encerrados en su
capsula del tiempo, siguen con su melodía añeja. Sin detectar que ese disco, y
la ranciedad de sus propuesta ya están rayados hace tiempo. El agorero, seguirá
predicando en el desierto las consecuencias nefastas que alcanzarán a la sociedad, si ésta
no secunda sus dogmas mesiánicos y sectarios. Para el vocinglero, apenas existe
redención. Este tipo de fulano cuando es conducido por las fuerzas
represoras en un autobús; para ser almacenado en un estadio de fútbol; o
acompañado, amablemente, por sus camaradas a un oscuro sótano para sacarle brillo
en el lomo, va cantando por el camino aquello de: ¡Que buenos son. Que buenos son, que nos llevan de excursión! Patético.
Consejeros (Cosas veredes, Sancho)
Consejeros (Cosas veredes, Sancho)
El ciudadano se halla
rodeado de Consejeros. A día de hoy una ardilla podría, sin detenerse,
atravesar la península saltando sobre las cabezas de tanto aconsejador y
consultor como habitan la misma. ¿Qué preparación se exige para desempeñar tan
etéreas e inespecíficas funciones? La antigua picaresca ibérica, ha degenerado
en simple villanía. En gualtrapías varias. Los aconsejadores obtienen sus
cargos a golpe de prebenda y cohecho. Conversaciones del tipo. Ya sabes, te firmo esta concesión, pero acuérdate de mí
cuando vengan las vacas flacas. Guiño. Guiño. Bla,bla bla. Puedes construir en
estos terrenos pero ya luego, si eso... Cuando se me termine el chollo, aquí me
tienes, criaturilla, etc. etc. Se pregunta el ciudadano sobre que temas y
particulares pueden aconsejar unos cenutrios que han hundido a un país en la
miseria o han brillado por su ausencia en el podio de los coeficientes
intelectuales elevados. Transmutarse en aconsejador de fatuidades; de la noche
a la mañana; sin exigencias de conocimientos previos sobre lo aconsejado, lleva
aparejado un segundo sueldo de tapadillo en un país que sufre la lacra del paro
sistemático. Se recompensa al que no realizó rectamente su trabajo. Oficio de
villanos, pillar tajada y esconder la mano. Aquí trinca hasta el más tonto. Los
consortes ignoran de donde sale el dinero que entra en su casa (eso lo llevaba
mi marido) Nadie sabe nada. Sólo sé que
no sé nada, (que diría Sócrates). Alegar ignorancia se ha convertido en la
fórmula de escape judicial más efectiva. Nada nuevo bajo el sol. Los
delincuentes de toda la vida ya dominaban hace años lo que se denomina: Ponerse
en negativa. O sea que no sé nada de esta bolsa, alguien la habrá dejado aquí. Esta fórmula ha sido
asimilada por los actuales maleantes de cuello blanco, que se ponen en negativa ante las acusaciones
más transparentes. La dificultad de demostrar judicialmente que el puesto sea
una compensación por favores recibidos en el ejercicio del cargo, incrementan
el número de mostrencos y mamelucos con sobresueldo. Como diría Sancho: ¡Criaturica
mía. Alma de cántaro. Cerebro de candil¡ ¿Sobre qué menesteres vas a aconsejar
tú?
lunes, 1 de septiembre de 2014
Pujol y la butifarra
Pujol y la butifarra
Algunas noticias son un
surrealismo atroz. El sueño de la razón produce monstruos y la realidad a
veces es más aterradora que las pesadillas. Ciudadanos que son desahuciados
y viven en la calle por no poder pagar una vivienda digna, derecho fundamental
e inasequible hoy en día, personas que van a la cárcel porque hace años robaron
400 euros, estudiantes de piano encausados criminalmente y con posibilidad de
cárcel por hacer ruido, padres que se quedan sin casa por cubrir la hipoteca de
sus hijos, ahora en paro. El listado podría seguir hasta la saciedad. No son
párrafos de una novela Kafkiana, esta sinrazón sucede en este país de patilla de hacha y navaja bandolera, donde “tonto el último” debería ser el lema incluido
debajo del escudo constitucional. Y todo esto sucede mientras un día tras otro
siguen surgiendo escándalos financieros, cuyos perpetradores el ciudadano tiene la
certeza que van a quedar en la impunidad. Escándalos que son olvidados cuando
aparece el siguiente chorizaco, que
hace olvidar al anterior. Fulanos que no
purgaran sus delitos, amparados en el trapicheo legal de que gozan quienes
tienen medios para ello, manipulando y riéndose del pueblo soberano en su jeta.
La lista de dislates del llamado Caso Pujol es tal que parece sacada de una
novela Pulp, o de una ingestión de sustancias no legales. Antología de la
desvergüenza y el impudor vocacional. El interfecto pasea por el idílico
pueblecito con aire de iluminado, alegre mariposilla volando de flor en flor.
Los vecinos se dirigen a él como si de un probo ciudadano se tratara (surrealismo en estado puro). Él, a lo suyo,
sin agachar la cabeza. Luciendo pijojersey anudado al cuello. La saga evasoradefraudadora daría para un ciclo
similar al Señor de los Anillos, el papel de Golum está más que definido en
este casting de ilegalidades. Como anillo al dedo. Andan a la busca de
artimañas legales para escapar a la justicia, asesorados y respaldados por el
dinero ilegalmente obtenido. El político que pudo interpretar al Yoda de la Guerra de las Galaxias, el
político que expectoraba al pronunciar, se ha convertido en un inocente
paseante en idílicos parajes. Sabe que, por la edad, difícilmente responderá
ante las responsabilidades penales que le corresponderían. Es por ello que
pasea dando agiles saltitos como Heidi entre las montañas floridas, (montañas
de dinero, en este caso), recibiendo los parabienes y golpecitos en la espalda del vecindario. Pero Pujol no
degusta en sus veladas la catalana butifarra como cabría esperar, ni tampoco el
delicioso espetec (de casa Tarradellas). A Pujol lo que le va es el chorizo, el chorizaco puro y
duro. Normal. No podría ser de otra manera.
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